Ante la premisa Nomen Est Omen (cada nombre es un personaje), se sobreentiende que cada palabra tiene la posibilidad de un doble horizonte: ser –al unísono– biografía y premonición; los límites del mundo Wittgensteiniano del cual, por más que lo intente, no puede dejar de cargar a sus espadas el significado. No obstante, si en el cine es implícito cortar y remezclar el orden de los fotogramas, se pueden reconquistar las palabras con sobreestimularlas apenas un poquito; quizá nada puede malir sal, ¿cierto? Estas son algunas de las premisas que expone Rayco Severiano (1979, Tenochtitlán) en el libro-objeto A 6606 KMS DE DISTANCIA: Sobre la vida como fotogramas (2021), Premio Nacional de poesía Juan Camaney 2019, escrito con el apoyo de la Fundación para Jóvenes Casi Talentosos (2017-2018), y publicado por Niño Down Editorial.
Si uno pudiera elegir que su vida fuera una serie, algunos optarían por que durara casi lo mismo que One Piece, pero con menos relleno que Naruto, aunque esto último tampoco es tan malo como parece. No deja de exigir de vez en cuando algo de emoción, porque ¿qué es vivir sin cascar algunos huevos? La gran diferencia sería que encontrar un archienemigo o convertirse uno mismo en supervillano, lamentablemente no es sencillo, pero, ¿qué fuerza o ley impide alterar lo visto, destruirlo y reconfigurarlo?, ¿por qué no hackear la imaginación con pequeños sobresaltos, glitchs: fallas en el orden y configuración del desempeño del equipo?
Compuesto por un primer segmento-manifiesto de 24 estrofas y las secciones: “SOBRE LA APROPIACIÓN Y MIS LIBROS”, “SOBRE LAS POSIBILIDADES”, “SOBRE EL LADO ‘B’ DE TODAS LAS COSAS”, “SOBRE LAS POSTALES DESDE NINGÚN LUGAR”, “SOBRE LA MANIPULACIÓN DE LOS MEDIOS”; cerrando con “SOBRE LA FALSA IDENTIDAD”, Rayco pone en manos del lector un rayo láser cargado y sin seguro: “Dios no supo lo que hizo / es una fecha impresa en el periódico” (Severiano, 2021), “Palabras idas de mí, de mi vuelta / otros dicen que una cabeza no se vuelve ceniza” (2021); “No es un secreto / los buenos tiempos se recuperan con ternura” (2021).
Premisas que tientan la construcción de textos a partir de palabras ajenas, poniendo en tela de juicio qué tanto podría decirse sobre la propiedad de las frases, si estas pueden distinguir a un individuo del resto, quien tantea en responder que el lenguaje y –en consecuencia– el idioma, como características inherentes de las personas para su comunicación, no atienden a una legislación específica, excepto a las fugas en las normas de convivencia de las redes sociales. En consecuencia, todo se reduce al “ahí dice gratis”; cierta permisibilidad que, incluso a la hora de alterar el sentido de las palabras, no tiene excepción. Alterar el orden u origen de las palabras debe respetar en cierto grado la semántica, como el caso de las respuestas en “SOBRE EL LADO “B” DE TODAS LAS COSAS”: “R1.- la prosa es una casa”, “R2. la poesía es una persona incendiando la casa luego de robar las cosas más valiosas”.
Tanto en el cine como en las artes plásticas, las circunstancias del ahora siempre apremian. Los fotogramas de sitios y escenas, como también de sus materiales, recuerdan la técnica del collage: sustraer imágenes y textos que, parafraseando a Joseph Brodsky (1995), deben ser “[…] la mejor manera de acercarse, trabajar según sus normas, ser juzgado por al menos lo que ese idioma hizo código de conciencia” (97). Para contar una historia se requiere colocar al espectador en perspectiva de ese algo que está ocurriendo, sin embargo, A 6606 KMS… no ocupa un solo foco, volviendo a Brodsky, porque “los versos poéticos tienen el don de escapar del contexto para adquirir un significado universal […] salvo que el sentido del absurdo nunca es invención del poeta, sino un reflejo de la realidad; las invenciones rara vez son reconocibles” (100).
VEO: A MI VIEJO LLEVÁNDOME EN TAXI A LOS SCOUTS EN 1996, MIENTRAS AUTOBUSES SOBRE PERIFÉRICO TRANSPORTAN A ENCAPUCHADOS, UNO ME HACE EL SÍMBOLO DE LA “V” DE LA VICTORIA, OTRO ME PINTA UN DEDO (Severiano).
No es implícito tomarse todo lo que ahí existe con extrema seriedad. Rayco agrega otras texturas, en su mayoría satíricas, que no se alejan demasiado del contexto inmediato de la propia poesía y de la reapropiación. Por el contrario, cae en cuenta de que el territorio poético mexicano se encuentra enmarcado por un impasse entre la tradición y el experimentar; impasse que tiene más cara de otro cromosoma:
TU FUTURO DICE: MÉXICO SIENDO EL PRIMER LUGAR EN PIRATERÍA DEL MUNDO: poner un enter entre cada palabra sí es hacer un poema
En consecuencia, si el nombre es al personaje, ¿queda algo del intérprete o desaparece por completo si se mueven los factores de origen? Algo motiva al intérprete, Canio nunca pierde su motivación de venganza aun cuando se vuelve Pagliacci, lo que lo cubre solo es el traje y maquillaje. Por ende, Rayco no es solo un nombre, pero mientras sea el nombre de quien, al cierre de A 6606 KMS…, declara cómo es y podría ser su modo de vida de entonces en adelante, las cosas están bien. Nada ha “malido sal”. Contrario al “Solo quiero ser uno de ellos…”, Rayco nos abraza, se sienta a beber algo, a hablar de cualquier cosa –preferentemente de arte y literatura– y preguntar: “¿cómo estás?”, esperando que también le pregunten lo mismo, entablando una conversación larga, fácil, de horas para luego irse cada quien por su lado y, tiempo después, retomar todo como si no hubiera ocurrido esa brecha.
“MIENTRAS / cubra mis necesidades / y compre libros / de las personas que admiro / pero que me tienen bloqueado / o de las que me censuran” (Severiano), existirán los sitios y la gente que comparta por internet: “obras pirata / en formato / epub, pdf / o fotocopiados” (Severiano). Nada puede impedir que se publiquen o impriman trabajos bajo pseudónimos “[…] a escondidas / de los noveles indispensables / ocultos por la cruz de lo prohibido” (Severiano), porque, a fin de cuentas, ¿qué es lo que hace en verdad un poeta?, ¿para qué o quién? Tal vez solo quedan…
Imagen tomada de Facebook Niño Down Editorial.
| Francisco José Casado Pérez (Ciudad de México, México, 1990) Arquitecto, docente, poeta y editor. Arquitecto con grado de Maestro en Conservación de edificios históricos y por deformación y poeta de media cuchara. Es primer lugar del I Concurso Literario Eiruku Ediciones 2021 en Argentina y su poemario Para mirar los pasos recibió el premio Don’t Read 2021. También publicó la plaquette Flush (2023) en el taller de imprenta Canciones Tristes. Books & Printing. Sus escritos han sido publicados en Poetómanos, Escrúpulos y Áspera Fanzine; así como en los medios digitales Revista Zompantle y Mentekupa. |
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